Declaración de las Organizaciones de Productores y Productoras de Alimentos a Pequeña Escala y Organizaciones de la Sociedad Civil en el II Simposio Internacional sobre Agroecología convocado por la FAO


5 de abril 2018

Somos delegados y delegadas de distintas organizaciones y movimientos sociales de productores de alimentos a pequeña escala. Somos Campesinado, Pueblos pescadores y Trabajadores de la Pesca, Pueblos Indígenas y tradicionales, Ganaderos y Pastores nómadas, Trabajadores del sector agrícola y alimentario, Sin tierra, Comunidades urbanas y peri-urbanas en situación de pobreza e inseguridad alimentaria, Consumidores, Jóvenes, Mujeres y ONGs.

La Agroecología no puede entenderse como un simple conjunto de dispositivos tecnológicos y prácticas productivas.

La Agroecología es una forma de vida de los pueblos en armonía con el lenguaje de la Naturaleza. Es un cambio de paradigma en las relaciones sociales, políticas, productivas y económicas de nuestros territorios para transformar la manera en que producimos y consumimos alimentos y restablecer una realidad sociocultural devastada por la producción industrial de alimentos. La Agroecología genera conocimientos en lo local, construye justicia social, promueve la identidad y la cultura y fortalece la viabilidad económica de las áreas rurales y urbanas.

Esta visión, principios y valores comunes de la Agroecología, acordados en el Foro Internacional sobre Agroecología, en Nyéléni en 2015, han sido continuamente enriquecidos, innovados, adaptados, multiplicados, puestos en práctica de distintas maneras según nuestras realidades y respetando nuestras cosmovisiones, culturas, economías y sistemas alimentarios locales, y basados en una verdadera producción de alimentos agroecológicos.

Nuestros pueblos y organizaciones son sujetos históricos que, a través de sus sistemas de producción ancestrales y sus luchas, han logrado avanzar en la construcción de la Agroecología y de la Soberanía alimentaria. Es decir, no es algo nuevo, es fruto de la sabiduría de los pueblos originarios que se fortalece hoy con el rescate de prácticas y con nuevas innovaciones campesinas, cuidando a la Madre Tierra y produciendo abundantes alimentos saludables para alimentar a nuestros pueblos.

Nosotras, las mujeres, no somos objetos de las políticas que quieren empoderarnos sino sujetos activos de Agroecología y guardianes de la Biodiversidad. Queremos que nuestro papel central en la producción de alimentos y en la reproducción de la vida, así como en la economía de nuestras familias y comunidades, sea visible y reconocida.

La Agroecología significa que nuestros derechos como mujeres se protejan y se realicen y no solo como madres y cuidadoras de nuestros hogares. La Agroecología implica nuestra plena participación en la vida social y política de nuestras comunidades, asegurando nuestro acceso a la tierra, al agua, a las semillas y a los medios de producción con autonomía y libertad. Nuestra participación equitativa en los espacios de toma de decisiones es imprescindible.

Nuestros pueblos y organizaciones han ampliado y profundizado sus conocimientos a través de una construcción colectiva y de alianzas, del diálogo de saberes entre los distintos sectores y las generaciones

Para nosotros y nosotras, escalar la Agroecología significa tener cada vez más pequeños productores y productoras caminando hacia ella y su ingrediente central es la organización social en el territorio. Es decir, los procesos de las organizaciones de hombres y mujeres productores, trabajadores y consumidores que construyen los tejidos sociales, políticos, económicos y culturales que permitirán avanzar en la transformación de un sistema agroalimentario industrial quebrado y dañino del ambiente y la salud de nuestros pueblos.

Toda política pública que busque apoyar y/o fomentar la agroecología debe construirse e implementarse con la participación de su sujeto central, los productores de alimentos a pequeña escala y sus procesos organizativos, productivos y formativos.

La Agroecología no puede ser una herramienta más de la expansión del modelo de producción agroalimentaria industrial.

Por la falta de políticas públicas diferenciadas para la juventud rural, los jóvenes representan uno de los sectores más afectados por la crisis agraria, el acaparamiento de tierras y la migración hacia las ciudades. La agroecología, en cambio, emerge como herramienta de transformación y justicia social para garantizar los derechos de los jóvenes, asegurando su acceso a condiciones de vida dignas en el medio rural.

Para garantizar todo lo mencionado anteriormente, y considerando que los productores a pequeña escala son un pilar fundamental de la Agroecología, es crucial garantizar los derechos colectivos de los pueblos que alimentan al mundo, al acceso protegido y al control de las semillas, la biodiversidad, la tierra y los territorios, el agua, el conocimiento, la cultura y los bienes comunes.

Ante la urgencia de situaciones de asimetrías, crisis prolongadas, acaparamiento de tierras, conflictos, ocupaciones y guerras, así como la alarmante ola de criminalización y represión violenta de defensores de los territorios y de productores a pequeña escala, hombres y mujeres, reivindicamos:

Implementar procesos basados en los Derechos Humanos, piedra angular de las Naciones Unidas y en particular de la FAO, citando entre otros, el Derecho a la Alimentación, las Directrices de Tenencia, las Directrices de Pesca, el Convenio 169 de la OIT, la Consulta Libre Previa e Informada, la CEDAW y su Recomendación General 34 y el proceso de la Declaración de los Derechos Campesinos y de otras personas que trabajan en las zonas rurales de la ONU.

Saludamos que este Simposio sea un nuevo paso en el reconocimiento y la promoción de la Agroecología por parte de instituciones intergubernamentales, gobiernos, universidades y centros de investigación. La FAO y las demás agencias de ONU deben continuar fortaleciendo su trabajo en Agroecología. Ello requiere que sus órganos de gobernanza tomen las medidas correspondientes para implementar políticas de mercados, de compras públicas, de formación, de financiación y de asistencia técnica, entre otras, que apoyen a las organizaciones de productores a pequeña escala y sus procesos a nivel local, nacional, regional e internacional.

Sin la protección de nuestros Derechos, no hay Agroecología!

Sin feminismo, no hay Agroecología!

Sin nuestros pueblos, no hay Agroecología!

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