‘Enfermedades relacionadas con la alimentación ya son el principal problema de salud pública en el mundo’

Nota realizada por del periódico Sul21, Traducción: Natalia Bohorquez

Marco Weissheimer

El siglo XX fue marcado, en la agricultura, por las promesas de la Revolución Verde de aumento de la producción y de la productividad para vencer el espectro del hambre frente al crecimiento demográfico. Esas promesas fueron, en parte, cumplidas, pero no consiguieron resolver el problema del hambre y de la desnutrición en el mundo. Además de eso, desarrollaron un modelo de agricultura basado fuertemente en el uso de insumos químicos, agrotóxicos y, más recientemente, organismos transgénicos. Más allá de sus resultados económicos, ese modelo dejó un legado ambiental y de salud pública que comienza a cobrar su precio.
El investigador francés Patrick Caron, presidente del Panel de Alto Nivel de Especialistas (HLPE) del Comité de Seguridad Alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), defiende la necesidad de una revolución en nuestros hábitos alimentarios y en el sistema agrícola como un todo. Caron vino a Porto Alegre por invitación de la presidencia de la Asamblea Legislativa y del Postgrado en Desarrollo Rural de la Universidad Federal del Rio Grande del Sul (UFRGS) para participar de un seminario sobre políticas públicas en el área da agroecología. En entrevista al Sul21, él habló sobre los límites del actual modelo de agricultura y sobre las posibilidades abiertas por la agroecología:

“Tenemos que inventar otra agricultura, una agricultura que no se fundamente en la química, pero que invente nuevas modalidades e incorpore las cuestiones de la salud, del medio ambiente, de la generación de empleo y del bien estar de los productores. Es una revolución completa que necesita ser realizada en la agricultura y en los sistemas alimentarios. Hoy, las enfermedades asociadas a la alimentación, como enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes, ya son el principal problema de salud pública en el mundo”.

Sul21: ¿Cuál papel desempeña hoy el Panel de Alto Nivel de Especialistas, del Comité de Seguridad Alimentaria de la FAO, en el debate sobre los problemas relacionados al hambre y a la mala nutrición en el mundo?
Patrick Caron: El Comité de Seguridad Alimentaria fue creado en los años 70 como un órgano intergubernamental con sede en la FAO, en Roma. En 2008, ocurrieron protestas contra el hambre en 37 países del mundo. Teníamos olvidado que la seguridad alimentaria era un problema mundial o no queríamos acordarnos. Después de esas protestas, se llego a la conclusión que era necesario de reforzar la gobernanza mundial. Fue realizada entonces una reforma en la FAO y también en el Comité de Seguridad Alimentaria de las Naciones Unidas, que pasó a ser más inclusivo, integrando voces no gubernamentales que no habían sido incorporadas en el proceso hasta entonces. La segunda pierna de la reforma de 2010 fue la creación del Panel de Especialistas de Alto Nivel, compuesto por científicos, con tres funciones específicas.

La primera de ellas es analizar la evolución de la situación de la seguridad alimentaria y nutricional en el mundo. Como la FAO ya hace eso, en conjunto con otras agencias de las Naciones Unidas, el Panel acabó no actuando mucho en esta área. La segunda función es elaborar informes sobre temas críticos y controversiales para definir lo que sabemos sobre el tema en cuestión, lo que no sabemos y cuales son los puntos de desacuerdo y controversia. Una vez que es el informe es entregado comienza un proceso de negociación política.

Producir un informe de esto demora, en general, más de un año. Hay una consulta sobre el enfoque del informe y, después, una convocatoria para invitar los mayores especialistas del mundo a trabajar juntos sobre el tema escogido. Después, es realizada una consulta pública sobre una primera versión del informe y una revisión del texto por los pares científicos. Concluidas esas etapas, el informe es presentado para el Comité de Seguridad Alimentaria e inicia un proceso de negociación política. Tanto el punto de partida como el punto de llegada involucran una negociación intergubernamental.

La tercera función del Panel es identificar, para el Comité, cuales son las temáticas críticas y emergentes involucrando la seguridad alimentaria y nutricional que deberán ser consideradas en los próximos anos. Algunas de ellas pueden tornarse tema para informes futuros.

Ya fueron publicados doce informes, desde 2010, sobre temas como clima, relatividad de los precios, apropiación agraria, el papel de la pecuaria, los recursos hídricos y la seguridad social. El último informe, publicada la semana pasada, es sobre nutrición y sistemas alimentarios. Todos estos pueden ser accedidos, sin costo, por la internet en la página del Comité de Seguridad Alimentaria.

Sul21: En este último informe, sobre nutrición y sistemas alimentarios, ¿cuáles fueron las controversias que motivaron la realización del estudio?
Patrick Caron: Hay varias. Una de estas involucra la cuestión del sobrepeso y obesidad en el mundo. Este informe trabajó con el concepto de medio ambiente alimentario, o sea, el conjunto de todos los elementos que hacen con que el consumidor escoja este o aquel producto. Como, por ejemplo, la cuestión de la publicidad para niños, de alimentos que no son saludables.

Sul21: ¿Usted podría citar ejemplos de temáticas críticas y emergentes involucrando la seguridad alimentaria y nutricional en el presente y en el futuro próximo?
Patrick Caron: Claramente, la agroecología, que fue identificada como una de las nuevas temáticas que deben ser estudiadas mejor. Es necesario entender mejor como ella funciona y contribuye para el desarrollo sustentable también como ella puede tener impacto en grande escala.

Sul21Aquí en Brasil, aún hay mucha gente que piensa que la agroecología no es viable en gran escala. ¿Cuál es a su opinión sobre ese tema?
Patrick Caron: Esa es la controversia principal que necesita ser respondida. Es posible que uno de los próximos informes del Panel sea sobre eso. Debemos reunir todas las evidencias y puntos de vista disponibles para hacer un balance e intentar entender mejor el tema. Uno de los principios de la agroecología es fundamentarse en la internalización de cuestiones que, hasta entonces, fueron completamente externas a la agricultura. El impacto al medio ambiente es un ejemplo de eso. Nunca esa cuestión fue considerada en las evaluaciones del rendimiento de una determinada cultura. La cuestión del clima es otro ejemplo. Nunca se buscó saber también que una cantidad de carbono es secuestrada de dentro del suelo en función de una cierta práctica agrícola. Somos obligados a observar para eso ahora.

La cuestión del empleo es otro tema importante. Una determinada práctica agrícola crea o disminuye el empleo y la renta para los productores. Estas cuestiones fueron dejadas de lado y observábamos solamente el rendimiento biofísico de la cultura. Tenemos que observar esa cuestión de otra manera, para que podamos tener un sistema alimentario sustentable. Saliendo de mi papel de presidente del Panel y hablando como investigador, entiendo que hay una necesidad absoluta de repensarse la agricultura a través de una mejor forma de potencializar los ciclos ecológicos, más de que forzar por el lado de la química y de la genética. Este es un grande asunto para el futuro.

Sul21: El debate sobre la agroecología está directamente asociado, entre otras cosas, al tema de los agrotóxicos. Brasil lidera el ranking mundial de uso de esos productos y Rio Grande del Sur lidera el ranking en Brasil. Uno de los productos más utilizados es el glifosato, que está prohibido en varios países. Uno de ellos es Francia que pretende inclusive extender esa prohibición para el ámbito de la Unión Europea. ¿Cómo está ese debate hoy en Europa?
Patrick Caron: Es un debate muy fuerte. Hablé antes sobre la internalización de la huella ecológica y de la huella social en el debate sobre la agricultura. Podemos también mirar para la huella en términos de salud pública. La polémica sobre ese tema está muy viva en Europa involucrando a la agricultura, la salud y el medio ambiente. Estamos en el inicio del proceso de combinar esos tres elementos. El siglo XX fue marcado por el aumento de la producción y de la productividad para vencer el espectro del hambre frente al crecimiento demográfico. Ahora, tenemos que inventar otra agricultura, una agricultura que no se fundamente en la química, pero que invente nuevas modalidades e incorpore las cuestiones de la salud, del medio ambiente, de la generación de empleo y del bien estar de los productores. Es una revolución completa que necesita ser realizada en la agricultura y en los sistemas alimentarios.

Tenemos la costumbre de mirar para eso como un problema, lo que ciertamente es verdad. Pero tenemos ahí también la perspectiva de mirar para la agricultura como una manera de buscar un desarrollo sustentable. Existe una relación muy fuerte entre el clima, la salud, los ecosistemas, la agricultura, la cohesión de los territorios y la estabilidad política. Se tomáramos la agricultura como una palanca para abordar esas conexiones podemos abrir un nuevo camino.

Sul21: La ONU divulgo un comunicado esta semana afirmando que el hambre, después de un declive constante por más de una década, el hambre está nuevamente en ascensión en el mundo. ¿Cuáles son las razones de eso y cuáles son las regiones más afectadas?
Patrick Caron: El hambre nunca dejó de ser un problema. Como vimos suceder en 2008, cuando pensamos que no es más un problema, ella vuelve a aparecer. Se miramos para lo que sucedió, desde 1970, siempre hubo aproximadamente 800 millones de personas padeciendo de hambre en el mundo. Es claro que, como la población se duplicó en términos globales, la proporción disminuyó. Tuvimos resultados espectaculares en países emergentes como Brasil, China e India, donde tuvimos una salida del hambre muy expresiva.

Entonces, puede ser que se tenga creado una percepción que el problema estaba desapareciendo. Pero eso no es. Lo que la ONU está haciendo ahora es un alerta fuerte y relevante en torno de dos problemas. El primero está vinculado a las áreas de conflicto involucrando Yemen, Somalia, Nigeria y algunas partes de Sudan del Sur que tienen su situación agravada por los cambios climáticos y por la pobreza. El segundo es el aumento de la pobreza que está alcanzando personas en el mundo entero. Esa alerta sirve para acordarnos que el hambre aún es un flagelo muy grave en el mundo.

Sul21:Usted podría hablar un poco sobre las diferencias entre los conceptos de seguridad alimentaria y seguridad nutricional? Además del problema del hambre, en el otro extremo, hay un grave problema de salud involucrando obesidad y sobrepeso. ¿Cómo estos dos temas se relacionan?
Patrick Caron: Aún antes del surgimiento del problema de la obesidad y del sobrepeso, ya se tenía la idea que la seguridad alimentaria no era solamente una cuestión de oferta alimentaria. En 1996, la seguridad alimentaria fue redefinida a través de cuatro dimensiones: la disponibilidad, el acceso al alimento, la cualidad y la estabilidad en el tiempo. Hoy, tenemos una estimativa que cerca de 2 billones de personas sufren de carencia alimentaria, 800 millones de hambre y otros 2 billones de sobrepeso, de los cuales 600 millones en situación de obesidad. O sea, una en cada tres personas sufre con uno de esos problemas. En los años 2000, pasamos a incorporar las cuestiones de la nutrición y de la salud en el debate sobre la seguridad alimentaria. Hoy, las enfermedades vinculadas a la alimentación, como enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes, ya son el principal problema de salud pública en el mundo.

Sul21: La industria de la alimentación es dominada hoy por algunas grandes corporaciones que, al mismo tiempo, produce semillas, agrotóxicos y otros insumos químicos. ¿Esas corporaciones participan, de algún modo, de este debate promovido por la ONU sobre la seguridad alimentaria y nutricional?
Patrick Caron: En primer lugar, es importante señalar que hay evidencias concretas que la concentración en este sector está aumentando. Estos grupos están representados en el Comité de Seguridad Alimentaria por un mecanismo particular que es el mecanismo del sector privado. Algunas empresas comienzan a percibir que es necesario cambiar alguna cosa y manifiestan interés en involucrarse en este proceso. No es por caridad. Es una cuestión de sustentabilidad para ellas mismas también pensar en temas como asegurar el abastecimiento en el largo plazo o en cómo no sufrir campañas por parte de consumidores. Se percibe que hay un debate creciente sobre el comercio solidario, el comercio justo y la invención de nuevos circuitos de comercialización que afecta todas las cadenas de comercialización y cuestiona los grandes grupos industriales. Está siendo producido un informe ahora sobre ese tema, que deberá estar listo dentro de un año. 

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