En América Latina y el Caribe, sociedad civil y Estado llevan más de diez años dialogando sobre el papel y la importancia política de la agricultura familiar
La FAO analiza el progreso de la
agricultura familiar en la región gracias a la Reunión Especializada en
Agricultura Familiar (REAF) del Mercosur
La FAO, junto con la Reunión especializada en
Agricultura Familiar (REAF) del MERCOSUR, publica un informe en el que se
analiza el proceso de este espacio desde sus inicios. La REAF es un espacio de
encuentro entre productores familiares, organizaciones e instituciones rurales
de la región, que funciona desde 2004 con el objetivo de generar un marco de
políticas públicas para la agricultura familiar.
En
este informe, titulado REAF Reunión especializada en Agricultura Familiar
del MERCOSUR: Una década de coproducción de políticas públicas entre el estado
y la sociedad civil, se hace un repaso de su trayectoria, desde el cómo y
el porqué fue creada hasta un análisis de los retos futuros a los que se
enfrentará.
La
REAF es en América Latina y el Caribe (ALC) uno de los espacios más
dinámicos del proceso de integración regional. Su creación fue una
expresión del reconocimiento del MERCOSUR de la dimensión socioeconómica y la
importancia política de la agricultura familiar. Se trata de una experiencia
única en el contexto regional, ya que se basa en el diálogo político entre
representantes de los gobiernos y de la sociedad civil, en la construcción de iniciativas
y posiciones a partir de la relación entre los espacios nacionales y el espacio
regional.
Según
el informe, los resultados directos o indirectos de la REAF han significado
aportes destacables a la construcción de un entorno institucional y de políticas
públicas más favorables para el desarrollo de la agricultura familiar y
campesina del Mercosur. Su labor ha supuesto un cambio de paradigma en lo que
se entendía como agricultura familiar. Las agriculturas familiares, campesinas
e indígenas, antes presentadas como una “pequeña agricultura” marginal, están
siendo percibidas hoy como portavoces de un modelo de desarrollo sostenible,
equitativo y capaz de proporcionar seguridad alimentaria y nutricional en la
región.
La
base de su método ha sido la participación social, dando voz a grupos
minoritarios y movimientos sociales y facilitando la expresión de
diferentes identidades socioculturales. La REAF ha demostrado que la
implementación de políticas públicas para la agricultura familiar debe estar
basada en un diálogo entre los gobiernos y los agricultores y agricultoras. La
participación de la sociedad civil es la manera de poder entender este sector,
sus especificidades, limitaciones y oportunidades.
Durante
estos años este espacio de diálogo político se ha consolidado dando lugar a una
nueva generación de políticas de desarrollo rural. Algunos países ya tienen
diversas políticas enfocadas a la agricultura familiar.
La
agenda política de la REAF ha considerado diversos temas, como el acceso
a la tierra y la reforma agraria, la agroecología o el cambio climático. Y
tiene desafíos importantes para que la agricultura familiar continúe
progresando e como sector fundamental para el desarrollo socio-económico y para
la seguridad y soberanía alimentaria regional.
En
2015 ALC se convirtió en la única región del mundo que logró las dos metas
internacionales de reducir el hambre, la de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio y la de la Cumbre Mundial de Alimentación. La agricultura familiar ha
sido uno de los sectores claves para lograr ese avance en la lucha contra el
hambre y lo seguirá siendo en un futuro. Por ello, si ALC desea lograr el
ambicioso objetivo de erradicar el hambre en la región para el año 2025, deberá
luchar por mantener el papel que ha desarrollado la agricultura familiar en la
región, imposible sin el impulso de la REAF.
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